CUIDA DE NO PERDER TU ALMA, SI PIERDE EL ALMA
PIERDES TODO
Marcos
8; 36
Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y
perdiere su alma?
1 Timoteo
6; 7-8 porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar,
así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con estos.
El
hombre pobre, o el más rico que sea, al morir deja todo, no llevan nada
consigo. Esto sucede a todos, pues todos vamos a perder todas sus posesiones
materiales. Entonces, si pierde su alma su pérdida es TOTAL.
TIENES
AUN TIEMPO LA MANO DEL SEÑOR NO SE HA CORTADO, LA SANGRE DE CRISTO ESTÁ VIGENTE, EL PERDÓN QUE CRISTO NOS ENTREGÓ POR MEDIO DE LA CRUZ TODAVÍA ESTA A
TU ALCANCE.
CRISTO
RESUCITÓ SE LEVANTÓ DE LOS MUERTOS. HUBO TESTIGO HUBO EVIDENCIA Y POR SOBRE
TODO SE LEVANTÓ PARA DARME LA VIDA. LA BIBLIA ATESTIGUA LA PALABRA FIEL Y
VERDADERA Y MAS CORTANTE QUE UNA ESPADA DE DOBLE FILO. NO ME LO CUENTA UN LIBRO
INVENTADO POR EL HOMBRE. LO CUENTA LA BIBLIA QUE FUE INSPIRADA POR EL ESPÍRITU
SANTO.
Los
Testigos de Jehová dicen que Jesús no resucitó de entre los muertos en el mismo
cuerpo con el que murió. Por lo tanto, ellos niegan la resurrección física de
Cristo. ¿Es realmente importante creer que Jesús fue resucitado físicamente de
entre los muertos? Definitivamente sí!
1ª
Corintios 15:14 dice: “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra
predicación, vana es también vuestra fe.” En otras palabras, si Jesús no
resucitó de entre los muertos, entonces, el Cristianismo es una pérdida de
tiempo y nosotros todavía nos encontramos en nuestros delitos y pecados. Es
obvio que la doctrina de la resurrección de Jesús es un elemento vital y
esencial.
SI CRISTO NO HA
RESUCITADO
No habría predicación, porque ¿qué se podría predicar si Él estuviese aún en el sepulcro? El tema de la resurrección fue el preferido y dominante de los apóstoles desde el principio, y lo es hasta hoy de todos los obreros que anuncian el Evangelio.
No habría cena
conmemorativa. Pues él la estableció como recuerdo de su muerte y de su segunda
venida.
Si él no hubiera
resucitado tampoco habría día del Señor, el domingo, el más vivo recuerdo de su
victoria sobre la muerte y el sepulcro, pues en ese día él se levantó de entre
los muertos.
No habría esperanza, ni justificación para nosotros. Pero él
vive, y vive en nosotros, y «él en nosotros es la esperanza de gloria»
«Por cuanto yo vivo, vosotros también viviréis», y si él no
hubiese resucitado nosotros seríamos los más desdichados del mundo, sin vida,
sin esperanza y sin el fervor de Cristo.
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