NO HAY MALDICIONES SIN CAUSA
DEUTERONOMIO; 11; 26-28
He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la
bendición y la maldición: la bendición, si oyereis los mandamientos de
Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, y la
maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os
apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que
no habéis conocido.
TRES FUENTES DE MALDICIÓN
1. Dios
2. Satanás
3. El hombre; nosotros mismo
1. Maldiciones por Dios
Es por su
justicia, al maldecir la Tierra vemos hasta ahora las consecuencias. En diferentes épocas Dios ha maldecido la
Tierra. Época de Noé, de Babel, de Sodoma y Gomorra, del Templo, etc.
2. Maldiciones por Satanás y sus
ángeles.
No son omnipresentes,
necesitan aliados como los brujos, hechiceros, etc. La biblia dice que Satanás
vino a Matar, Robar y Destruir.
3. Maldiciones por el Hombre. 1 Pedro 3:10 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de
mal, Y sus labios no hablen engaño.
Conclusión
Los que viven en obediencia a Dios no tienen que preocuparse de que las maldiciones los afecten, Dios les protege Salmo 91: 7 Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. Salmo 27: 1-3 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? 2 Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. 3 Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.
Los que viven en obediencia a Dios no tienen que preocuparse de que las maldiciones los afecten, Dios les protege Salmo 91: 7 Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. Salmo 27: 1-3 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? 2 Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. 3 Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.
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