La cruz de Cristo es locura y necedad para quienes se pierden.

La cruz de Cristo es locura y necedad para quienes se pierden, pero para aquellos que han recibido la Gracia de Dios es lo único en que pueden gloriarse. 
 Alguien que ha conocido verdaderamente a Dios, ha conocido su misericordia, su perdón y al mismo tiempo ha reconocido que por sí mismo no puede salvarse de sus pecados, ha reconocido también lo inútil de sus buenas obras para alcanzar el favor de Dios, por lo que de ninguna manera podría gloriarse en ellas. Pablo nos dice que para un creyente el mundo con sus pecados, deleites y pasiones ha sido crucificado, no fue él quien lo crucifico, sino El Espíritu Santo obrando en él, el mundo ahora ha perdido su atractivo y para Pablo está muerto.
 De igual manera Pablo ha sido crucificado para el mundo, y dado que ya no sigue la corriente mundana y su estándar de éxito, riqueza y confianza en sí mismo, Pablo no tiene atractivo para el mundo, al contrario su mentalidad es poco popular y ofensiva para un mundo gobernado por el pecado y el amor a sí mismo.