LA BENIGNIDAD SE APRENDE

LA BENIGNIDAD SE APRENDE

La Biblia nos dan cuatro ejemplos de benignidad que deberíamos aprender.

1) José. Después de haber sido maltratado por sus hermanos, José tuvo la oportunidad de vengarse, pero les perdonó al decirles: “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien” (Gn 50.20). 
2) Jesús. Cuando Cristo se encontró con la mujer samaritana cerca del pozo, no la ignoró como era la costumbre de los judíos (Jn 4.4-15). Por el contrario, le ofreció “una fuente de agua que salte para vida eterna”
3) El Buen Samaritano. Después de haber visto a un judío herido al lado del camino, el samaritano se detuvo para ayudarle. Le llevó a un mesón, y le pagó al dueño del lugar para que lo atendiese (Lc 10.30-36).
4) El carcelero. Cuando las puertas de la prisión de Filipos fueron abiertas, el carcelero que estaba a cargo le preguntó a Pablo y a Silas cómo podía llegar a ser salvo (Hch 16.23-34).
Los discípulos le explicaron lo que debía hacer. Una vez que creyó y recibió a Cristo, el carcelero les demostró benignidad a Pablo y Silas al llevarlos a su casa para que cenaran con él.

¿Cuáles son las cualidades de una persona benigna?

Da, Perdona; Sonríe aun en las situaciones más difíciles; Se contenta con el segundo lugar; Es considerado; Atrae a otros; No insiste en que se haga su voluntad; Se complace en agradar a otros; Tiene buena disposición; Se compadece de otros; Es gentil; Tiene un corazón amoroso; No es egoísta; Es generoso; Comprende a los demás; Es atento; Es misericordioso; Usa palabras amables Es ayudador; Es cortés; Perdona los errores.