LAS DOS CARAS; EL DESPRECIO Y EL RECONOCIMIENTO

LAS DOS CARAS; EL DESPRECIO Y EL RECONOCIMIENTO

EL DÍA DEL ACUERDO DE LA ENTREGA Y EL UNGIMIENTO DE JESÚS

MATEO; 26; MARCOS, 14, LUCAS 22, JUAN 12,

Este día comienza con los fariseos confabulando para prenderle y matarlo. Judas aprovecha para ir con los fariseos y acuerda entregar a Jesús; los fariseos deciden pagar la traición y por otro lado el mayo y mejor evento de la historia.

Por un lado los fariseos se habían regocijado de que los saduceos habían sido aplastados por Jesús, pero el ánimo de ellos pronto se tornó en aborrecimiento, cuando Jesús los dejó callados.
 Conclusión a la cual llegaron Sus enemigos. “debemos matarlo”“Tanto los principales sacerdotes como los guardias del templo toman parte en estas deliberaciones.
Ellos son quienes negocian con Judas la presencia de los principales sacerdotes muestra que la decisión se toma al más alto nivel…Tan entusiasmados están los dirigentes que le dan a Judas una retribución económica por su acción. …Mateo 26:15 nos dice que fueron 30 piezas de plata, un precio muy módico para recobrar el control de la opinión religiosa judía”.

Por el otro lado este día fue el hermoso evento en la casa de Simón el leproso.
María de Betania (Mateo 26) viene y vierte un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio sobre la cabeza de Jesús. El nardo es un ungüento aromático de alto precio.
María vierte este perfume y las reacciones son varias. Unos dicen que es un desperdicio (entre ellos Judas y que podría haber servido para los pobres. Una buena acción con una critica “constructiva”. Pero Jesús viendo el corazón de María y el de los demás toma la palabra para mostrar que lo que ocurrió fue en preparación para su sepultura, como era la costumbre de poner ungüentos y perfumes a los cadáveres antes de sepultarlos. Y es más, Jesús pone en evidencia que el testimonio y acción de María quedaría registrado para memoria de ella; el testimonio más grande de entrega, de lo más preciado que tenía para quién ella creía.

Me pregunto en el día de hoy, ¿cuán preciado es Cristo para usted, para mi? ¿cuánto de lo que poseo le quiero dar?.